top of page

 "Los Contadores del Tiempo"

 

        Fragmento del "Popol Wuh", Libro Sagrado Maya

 

"No había todavía un hombre ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancos, hierbas ni bosques: sólo el Cielo existía. solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad, en la noche. Sólo el Creador, El Formador, Tepeu, Gu-cumatz, los Progenitores estaban en el agua rodeados de claridad, Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gu-cumatz, en la oscuridad, en la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gu-cumatz. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento. Entonces vinieron juntos Tepeu y Gu-cumatz; entonces conferenciaron sobre la vida y la claridad, ¿Cómo se hará para que aclare y amanezca?, ¿Quién será el que produzca el alimento y el sustento?. Luego la Tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la Creación de la Tierra: ¡Tierra!, dijeron, y a instante fue hecha"

En ese instante, y de acuerdo a la cosmovisión Maya Quiche, descendió el hilo de la vida a la Tierra. B'aat'z es el nombre de este hilo; es el primer Abuelo que habita desde entonces el día en que comienza cada mes y cada año sagrados. Descendió desde las Pléyades y entró a la Tierra por las cuatro direcciones sagradas, la envolvió en su línea central, de Este a Oeste y de Norte a Sur; la rodeó varias veces, y desde ese mágico ovillo, se extendió a la totalidad del planeta, y llevó todas las formas de vida a su esencia: el ADN.

Lo trajeron los Balams, los grandes Señores: Balam Quitzé desde el Este con el fuego; Balam Aq'ab delde el Oeste con la vitalidad de la tierra, la muerte y la belleza de la noche; Mahacutah desde el Norte, con el aire y la sabiduría; Y Iiq Balam desde el Sur con el agua en todas sus manifestaciones. En complicidad con el Misterio integraron en el hilo de la vida los cuatro elementos, fuego, tierra, aire, agua.

Los Balams son las grandes manifestaciones de la Creación, de Hunajpú, el único el innombrable. El Gran Espíritu, el Gran Misterio del que viene absolutamente todo lo que vemos, lo que aún no entendemos, lo que jamás entenderemos pero que de todos modos "es".

El Abuelo B'aat'z abrió la puerta para que los siguientes abuelos descendieran desde el Cosmos hacia la Tierra, trayendo cada uno la semilla de su bendición. Son veinte, como veinte dedos tenemos los seres humanos. Los llamamos Abuelos pues son energías originales, que están en la Tierra desde que comenzó la vida en ella. También los llamamos espíritus, energías, magnetismos... Todo en la Tierra es magnetismo, desde la misma fuerza de gravedad, que condiciona la totalidad de la existencia terrestre. Por ello, cada Abuelo, energía, espíritu o magnetismo, tienen su polaridad positiva y su polaridad negativa. En el encuentro de ambas está su fuerza, es el camino del medio que nos brinda la luz de cada manifestación de vida y que nos facilita el equilibrio.

El Calendario Sagrado Maya Quiche, el Cholqu'ij Haab o Cholqu'ij, es uno de los aspectos esenciales de la Ciencia Maya, que continúa asombrando a científicos actuales por su exactitud y precisión. Cholqu'ij Haab significa "la cuenta de los días del Sol". Los Ancianos portadores de la tradición lo llaman también el Reglamento Cósmico, pues contiene información de la vida en la tierra y en la totalidad del Cosmos. En cada calendario se toma una referencia para la cuenta de los días. En el Calendario Sagrado Maya Quiche, la referencia es el ser humano. Los meses tienen veinte días, como veinte son los dedos. La semana tiene trece días, como trece son las articulaciones mayores; y el Año Sagrado tiene 260 días, que es el tiempo de la gestación humana.

Los Mayas, peregrinos y cargadores del Tiempo, lograron penetrar su Misterio en la Tierra y nos dejaron en sus enseñanzas la posibilidad de comprenderlo y armonizar así nuestra vida con el Tiempo verdadero: esto significa transitar conscientemente, abrirse a recibir su oportunidad.

Entró el hilo de la vida a la Tierra, el B'aat'z. desde el Corazón del Cielo, desde la Pléyades, y abrió la puerta para los veinte Abuelos que conforman el Reglamento Cósmico.

La secuencia de los veinte Abuelos es la siguiente: Ba'aat'z, Eé, A'aj, Ish, Tziquín, Ajmaq, No'j, Tijax, Kawok, Ajpú, Imox, Iiq, Aq'ab'al, K'at, Kaan, Kemé, Kiej, Q'anil, Tooj y Tzi.

 

“Sin duda es interesante saber si venimos de las estrellas. Pero es más importante darse cuenta que somos parte del cosmos. Aunque solamente somos una partícula en la inmensidad del Universo, somos hijos del Gran Padre y nuestro destino va unido al de la creación. Cada ser tiene también un papel, un destino que cumplir. Así es que cada fragmento de la existencia es trascendente…”

Sabio Maya

 

bottom of page